jueves

Rodrigo Lara Bonilla

Incidentes de Nulidad, falta de pruebas, vigencia de nuevas disposiciones, y un sin número de apelaciones dejaron impune el crimen del Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. 15 responsables y solo 2 condenados.

Yo iba para el estudio ubicado en la calle 24 entre carreras sexta y séptima. Frente a la entrada del estudio estaba un vendedor ambulante que me conocía. Me llamó y me dijo: - don Raúl hay una noticia grande; le pregunté de qué se trataba? ; ¡mataron a un ministro, no sé si es el de gobierno o el de justicia, lo escuché en una emisora pero no dieron más información!.

El relato es de Raúl Gutiérrez, quien se desempeñaba en esa época como periodista del Noticiero 24 horas. ¿Cuánto hace que escuchó esa noticia?, ¡ Hace como diez minutos!. A partir de ese momento comenzaba la acción.

Como todo periodista debía verificar el dato. Gutiérrez inmediatamente entró en el establecimiento conocido como La Barra del Canciller ubicado frente a los antiguos estudios de Inravisión. Desde allí se comunicó con Mauricio Gómez para que se encargara de pedir información a la secretaria de prensa, o a la oficina del Ministerio del Interior. Ese dato no podía esperar demasiado. Gutiérrez impaciente decidió tomar nuevamente el teléfono para saber si sus sospechas eran ciertas. Mauricio Gómez le confirmó que el Ministro de Justicia había sido asesinado al norte de la ciudad.

Dadas las circunstancias, optaron por hacer un avance informativo. El único inconveniente era pedir la autorización a Inravisión y a las directivas "eso era un complique", describe el ex periodista del noticiero 24 Horas. Sin embargo, siguió insistiendo hasta obtener el permiso; era una noticia que causaría conmoción en el ámbito nacional.

Las oficinas del noticiero quedaban a pocas cuadras de los estudios de emisión. Con el nerviosismo del caso, Gutiérrez se fumó dos cigarrillos, al tiempo que pedía le fueran enviadas las imágenes de vídeo, y la última entrevista que días antes de su muerte logró conseguir con Rodrigo Lara Bonilla, después de romper el cerco de seguridad en el Ministerio de Justicia. El tiempo transcurría esa noche del 30 de Abril de 1984. Aguardando en su oficina de ese entonces, el hoy Jefe de prensa del Partido Conservador, se sentó frente a su máquina de escribir y fumando comenzó a redactar el texto que sería poco después la noticia del día. Llegadas las imágenes fue el acabose.

Todos discutían cómo informar el suceso, "Antes no se tenía un formato de presentación para dar este tipo de noticias; sugerí que colocáramos el cabezote del noticiero, así se hizo. Entonces Raúl Gutiérrez apareció en primer plano "Buenas noches este es un avance informativo de última hora". Después rodaron las imágenes del primer Ministro asesinado en la historia Colombiana, y a la par de ellas los televidentes conocían con desasosiego la noticia. Pero ¿Cómo fue el asesinato?, ¿Quiénes estaban interesados en la muerte de éste prominente abogado de profesión?.

Un cheque alborotó el avispero

Desde el 8 de agosto de 1981, cuando asume el cargo, hasta el 30 de abril, Lara bonilla le declara la guerra a los narcotraficantes. Acalorados debates se presentaron en el congreso. Allí el ministro reveló al país lo que por "debajo de cuerda se fraguó en sectores como el Fútbol, la política, la industria, entre otros sectores de la sociedad colombiana. Dentro de estas denuncias el principal afectado fue el entonces Representante a la Cámara Pablo Escobar Gaviria.

A pocos días de posesionado en el cargo ministerial, Lara bonilla se vio afectado por un duro golpe contra su carrera, el cual constituyó su furia hacia el narcotráfico. Un hombre de tez morena, antioqueño, delegado principal a la Cámara de Representantes y con la suplencia de Pablo Escobar, le amargó la vida. Se trataba de Jairo Ortega Ramírez, quien inició el ataque al ministro en un debate que diarios como " El Tiempo", calificaron como "maniobra ruin y celda vil". Aquel paisa lo acuso públicamente de recibir un cheque donado por la mafia. Además, de comprometerse en la derogatoria del Tratado de Extradición con Estados Unidos.

Ramírez afirmó que el cheque era por un millón de pesos. Este provenía del mercader Evaristo Porras y su destino había sido la campaña electoral. El representante entregó como pruebas el cheque firmado por Evaristo Porras y unas grabaciones en las que aceptaba y agradecía la donación.

El Huilense de pura sepa se defendió con todo. Sabia que su conciencia estaba tranquila y como dice el Pibe Valderrama "todo bien, todo bien". Trataron entonces de hundirlo en la réplica, para demostrar su inocencia y obtener mayor seguridad y autonomía en el debate.

Lara presentó su renuncia del cargo al Presidente Belisario Betancur el 27 de agosto de 1983.El ministro Lara Bonilla, como Senador de la República, sabía que en la picota pública estaba su honra.

Fue así como sacó sus mejores cartas y le pegó a la mafia donde más le duele. Atacó la infraestructura de la producción y distribución de drogas; bajo su mandato muchas aeronaves del narcotráfico cayeron, otros trapitos de los "narcos" fueron puestos en el patio al sol. De esta manera, los - Alcapónes - colombianos tenían que hacer algo para callarlo.

No hay comentarios: