lunes
Atentado terrorista contra el DAS
El 6 de diciembre de 1989 un camión bomba, activado por sicarios del desarticulado cartel de Medellín, destrozó parcialmente la sede del DAS en el centro de Bogotá, así como varias empresas del mismo sector conocido como Paloquemao.
La explosión, que estaba dirigida contra el entonces director del DAS, coronel Miguel Maza Márquez, mató a 70 personas, causó heridas a varios centenares y destruyó decenas de locales comerciales y de empresas, así como vehículos.
Los ultimos enemigos de Pablo Escobar: El Bloque de Busqueda
Entre 1992 y 1993 el Bloque de Búsqueda (Policía Nacional y Ejército), el Delta Force de los Estados Unidos y los Pepes (“perseguidos por Pablo Escobar”, antiguos socios de Escobar, en ese momento convertidos en sus enemigos como resultado del asesinato de los hermanos Moncada y Galeano en La Catedral) actuaron mancomunadamente con el propósito de dar de baja a Escobar. Quienes comandaban los pepes eran Carlos Castaño y Diego Fernando Murillo (“Don Berna”, antiguo guardaespaldas de Fernando Galeano, socio de Escobar) y fueron ellos los responsables de aplicar las tácticas paramilitares en la cacería de Escobar.
Delta Force, a través de procedimientos de inteligencia electrónica, conseguía información que transmitía al Bloque de Búsqueda y este, a su vez, la transmitía a los Pepes. Valiéndose de esa información, los Pepes ejecutaron extrajudicialmente a decenas de colaboradores y auxiliadores de Escobar. El método fue el mismo que habían perfeccionado anteriormente frente a la guerrilla en regiones como el Magdalena Medio, Urabá y los Llanos Orientales y, sin duda, resultó efectivo para aislar a Escobar, facilitar su ubicación y darlo de baja.
Las relaciones entre Delta Force y los Pepes dieron origen a investigaciones en los Estados Unidos que finalmente no condujeron a nada. Los miembros del grupo fueron distribuidos en diferentes unidades militares y el asunto se silenció. Sin embargo, como señal de reconocimiento, en 1993 los Estados Unidos le otorgaron a Carlos Castaño una visa para visitar ese país, la cual utilizó para llevar de paseo a su familia a Disney. Posteriormente, Diego Murillo recibió también una visa, la cual empleó en 1993 para viajar a Los Angeles.
Vinculacion formal de Pablo Escobar con el asesinato de Luis Carlos Galan
Pablo Escobar, y Gonzalo Rodríguez Gacha 'El Mexicano' abatido el 7 de diciembre de 1989. Pablo Escobar fue acusado como el principal autor intelectual del asesinato a Luis Carlos Galán Sarmiento.
Luego de trascurridos ocho meses desde la vinculación de Pablo Escobar Gaviria al proceso, fue cobijado con auto de detención al resolverse su situación jurídica.
La decisión fue tomada por el Juzgado 76 de Instrucción de Orden Público, que vinculó formalmente a Escobar como autor intelectual del delito de homicidio con fines terroristas planeado contra el líder liberal, asesinado el 18 de agosto de 1989 en la plaza central de Soacha.
La Fiscalía profirió el 12 de diciembre del año 1992 una resolución de acusación contra Pablo Escobar como autor intelectual del asesinato.
Como lo informó el diario El Tiempo, en su edición del 9 de diciembre del año de 1992, la Fiscalía acusó a Escobar bajo los cargos de homicidio, lesiones personales con fines terroristas y concierto para delinquir, y lo señaló como el principal responsables del magnicidio.
Del mismo modo, la Fiscalía ordenó continuar la investigación contra Jesús Cortés, alias 'Chucho'; José Alfredo Fernández Casas y Pedro Paéz, tres presuntos traficantes de narcóticos que habrían secundado el complot que terminó con la muerte de Galán.
Con esta decisión decisión, la Fiscalía cerró el primer gran capítulo de la investigación penal por el asesinato de Galán.
Algunos investigadores concluyeron que en el magnicidio participaron, además, Gonzalo Rodríguez Gacha, `El Mexicano', como autor intelectual, y José Orlando Chávez, Jaime Rueda Rocha y Heber Rueda Silva, como autores materiales. Los cuatro están muertos.
Como lo informó El Tiempo en su edición del 9 de diciembre de 1992, la decisión que tomo la Fiscalía de llevar a Escobar a juicio como responsable intelectual del crimen de Galán abrió el camino para que el jefe del cartel se le destinara una larga condena por sus crímenes.
El expediente por la muerte del precandidato liberal fue realmente el primero de veinte en curso contra el jefe del cartel, en que la Fiscalía tuvo evidencias suficientes para exigir la pena máxima: treinta años.
Escobar murió el jueves 2 de diciembre de 1993, sobre el tejado de una casa del noreste de Medellín
Al morir Escobar se entregó uno de sus hombres de confianza, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, 'Popeye', quien aceptó entregar las armas y el dinero a los sicarios de Galán. Fue condenado a 40 años de cárcel.
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http://www.terra.com.co/actualidad/nacional/12-05-2005/nota231454.html
Arquitectura del asesinato de Luis Carlos Galan
Una dura discusión de la mafia fue la antesala del asesinato de Luis Carlos Galán
Alias 'Popeye', el sicario que acusó a Alberto Santofimio, cuenta cómo los 'narcos' tuvieron aprietos para buscar un arma clave para el crimen.
John Jairo Velásquez reveló que Pablo Escobar tuvo varios encontrones con otros narcotraficantes del grupo de Los Extraditables en torno a la decisión de asesinar al líder del Nuevo Liberalismo.
Luis Carlos Galán y los pormenores de la búsqueda de las armas para el atentado hacen parte del testimonio, detenido el jueves como presunto determinador intelectual del magnicidio.
La explosiva declaración revelada ayer y que tiene bajo custodia de la Fiscalía al ex senador Santofimio Botero, fue entregada a los investigadores por Velásquez, considerado también como el secretario personal del jefe del cartel de Medellín.
En ella, 'Popeye' relata cómo Santofimio le dice a Escobar: “Pablo, mátalo. Si (Galán) es presidente te extradita”.
El sicario, que purga una condena de 20 años por ese asesinato, dijo que prefirió declarar ante la Fiscalía antes de la publicación de su libro Sangre, Traición y Muerte, escrito por la periodista Astrid Legarda, para que sus palabras tengan efectos legales sobre Santofimio. Precisamente, ayer el ex senador rindió indagatoria.
La cita del Paraíso
Uno de los capítulos por contar de su minucioso relato es el de la reunión en la hacienda La Fantasía, en el Magdalena Medio, a la que asistieron unos 20 miembros de Los Extraditables, entre ellos, Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El mexicano’. Allí Escobar les contó, tras reunirse con Santofimio, que había decidido asesinar a Galán, dice ‘Popeye’.
Todos se mostraron preocupados. ‘El mexicano’ dijo que el remedio podía ser más grave que la enfermedad. Escobar les dijo que ya había intentado asesinarlo en Medellín y que había fracasado.
La imagen de unos delincuentes como ‘El mexicano’, Kiko Moncada y Albeiro Areiza (‘El Campeón’) oponiéndose con temor al atentado parece no cuadrar con su personalidad, pero eso es lo que ‘Popeye’ presenció en la cita.
Escobar dijo que si Galán ganaba la Presidencia no podrían tumbar la extradición y que necesitaban una clase política amedrentada. “Compadre– le dijo el capo a ‘El mexicano’– es Galán o nosotros”.
El hecho revivió los reproches que le manifestaron a Escobar varios miembros de la mafia cuando decidió asesinar al ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla sin consultarlos.
Ante la resistencia de sus colegas, el capo les dijo que si no lo apoyaban el iba a matar a Galán solo, “pase lo que pase”.
Unos minutos después todos acordaron cometer el crimen.
Tras una mini Atlanta
Luego que se decide ejecutar el atentado, Jaime Eduardo Rueda, el asesino a sueldo contratado para hacerlo, pidió, además de un pago de 200 millones de pesos, la participación en un embarque de cocaína y viáticos, la entrega de una ametralladora mini Atlanta 380.
Escobar le preguntó al capo Henry Pérez si tenía una y le respondió que no. Repitió la consulta entre los hombres que manejaban sus caletas, pero tampoco encontró solución.
Entonces, ‘El mexicano’ dijo que eso no era problema, pues tenía un hombre en el DAS que era incondicional. ‘Popeye’ asegura que el narcontraficante no reveló su nombre. Sin embargo, 20 minutos después, ‘El mexicano’ llevó la noticia de que su hombre tampoco podía obtener esa arma.
Finalmente, ‘Popeye’ fue el encargado de conseguir la ametralladora y la obtuvo en el mercado negro de Medellín.
Fue como un logro, al punto que Escobar lo felicitó: “Ahora solo nos toca esperar, estamos en manos del ‘mexicano”.
La escurridiza arma finalmente fue clave para los asesinos que le pusieron fin a una de las más arrasadoras figuras políticas del país la noche del 18 de agosto de 1989.
Como fue Asesinado Rodrigo Lara Bonilla
Falla el primer atentado
Corría el mes de Abril de 1984. El lugar, un hospedaje conocido como Hotel Bacatá.
Tres hombres se registraban con los nombres de Byron de Jesús, Carlos Mario, cuyo verdadero nombre era Iván Darío Guisao Álvarez, y el otro sujeto, Rubén Darío Londoño alias "Juan Pérez". Los tres personajes en la tarde del 27 de abril salieron del hotel.
Darío Londoño, les entregó a sus dos conocidos un Renault 12 de color verde, dos chalecos antibalas, un juego de armas y una granada de fragmentación por si tenían problemas. Su objetivo era "matar a un señor de Mercedes blanco quien supuestamente había robado a Juan Pérez, dos kilos de perica". Fue así como Byron de Jesús y CarlosMario salieron hacia la oficina del señor del Mercedes Blanco (Ministro de Justicia) y él no estaba allí.
Al ver frustradas sus intenciones decidieron salir hacia la ciudad de Medellín y acordaron encontrarse el domingo 29 de Abril un día antes de cometer el crimen.
La Vencida
Un día antes de celebrarse la fiesta de las madres, a las 7: 30 de la mañana, repicó el teléfono de la residencia ubicada en la calle 125 número 43 -53. Se trataba de uno de los altos mandos militares. Éste último, angustiado, le informó al ministro que los servicios de inteligencia detectaron un atentado contra su vida.
Pese a las advertencias, las amenazas se convirtieron en rutina para el prominente funcionario del estado. En ese momento, Lara Bonilla optó por cancelar el viaje que tenía programado esa tarde a Pereira.
No obstante, el ministro todo el día estuvo intranquilo. Se asomaba por la ventana de su oficina mientras le dictaba una carta a su secretaría . Ese mismo día ordenó hacia la 4: 30 P. M. que registraran a toda persona que entrara al edificio. Su esposa Nancy pasó coincidencialmente por la oficina de su esposo pero no quiso molestar.
Entonces conversó unos minutos con las secretarias y comentó jocosamente que estaba vestida como una viuda. Nunca corrió por su mente que esas palabras dichas el primero de mayo serían ciertas. Después de beber agua en cantidades, el hombre más aborrecido por la mafia salió de su oficina hacia las 6:30 P. M., rumbo a casa, para dirigirse con su esposa a la fiesta de grado de María Bahamón, hija de unos paisanos. Domingo Velásquez arrancó como siempre, acompañado de dos carros escoltas; una camioneta gris Toyota Land Crusier, y una blanca. Esta última encabezaba la caravana y le correspondía escoger todos los días la ruta.
En algunas ocasiones tomaban la carrera séptima, la calle cien, la avenida Suba, para saludar pronto a su hijo. También existían otras alternativas, como la Pepe Sierra y la 127. Esa noche, a media cuadra del ministerio, Lara ordenó cambiar de ruta y que cogieran la circunvalar, para llegar a casa y de esta manera cumplir con el compromiso. Mientras lo anterior sucedía, los sicarios, cazadores frustrados, salían a las seis de la tarde por su presa. Llegaron al ministerio y como no estaba el Ministro, Carlos Mario se inclinó a recorrer las calles de la ciudad en busca de su objetivo. Sin saber lo que vendría más tarde, Velásquez obedeció las instrucciones al pie de la letra. Siguiendo las claves usuales para la variación, hizo sonar el pito y simultáneamente realizó el cambio de luces, con lo cual su compañero y escolta delantera comprendió que no debía bajar a la carrera séptima, sino subir y tomar la circunvalar.
Sobre la calle 77 tomaron la carrera séptima hasta llegar a la altura de la fundación Santa Fe. En ese momento la escolta delantera ordenó bajar por la calle 119 hasta la paralela del ferrocarril del norte, que los llevo hasta la 127. Chocaron de frente con un descomunal trancón causado por dos carros varados. La escolta guía giró a la derecha para esquivar el nudo, entrando al barrio conocido como La Carolina, de esta forma lograron salir del contratiempo una cuadra mas abajo, para luego retomar la 127.
Dentro del carro, Lara se comunicó con su hogar preguntándole a Oliva , la empleada del servicio, sobre su esposa -" No, no ha llegado" -
respondió ella -. " Dígale tan pronto llegue que ya voy para allá, aunque hay algunos trancones". Siguió la caravana; se encontraron con otro nudo vehicular, "¡Velásquez, sálgase, sálgase rápido!", ordenó el ministro. Así el Mercedes blanco esquivó el nudo y continuó su marcha por la 127; solamente con un carro de escolta custodiándole la espalda. Los sicarios seguían en busca de su blanco, según relató uno de ellos al fiscal "Lo encontramos y lo esperamos" la romería continuaban su marcha por la 127, paralela al caño el contador. De repente el estruendoso ruído producido por una granada, se escuchó en el lugar. "¡acelere al máximo sin mirar atrás!" dijo el jefe de escoltas. Entonces el guardaespaldas que estaba sentado al lado del conductor, disparó su arma por el lado derecho primero, y luego apuntó hacía adelante. ¡Virgen Santísima! Esas fueron las únicas palabras que pronunció Velásquez Arenas durante el tiroteo. Su única obsesión era llevar al Ministro sano y salvo su casa , y estaban a cinco cuadras de ella. Él pensaba que nada malo sucedía.
Solo a dos cuadras de su destino final, miró por el retrovisor y vio al ministro tendido a la izquierda, quien no pronunciaba palabra alguna. Tampoco observó sangre. "Por fin el susto pasó. Llegamos sanos y salvos", pensó Velásquez, quien se llevo la desilusión más grande de su vida al ver la impotencia de sus actos para salvar la vida de su jefe; pues siete de las 25 balas acabaron en segundo y medio con la vida de quien fuera la piedra en el zapato de los extraditables.
La Plomacera
Cuenta Byron de Jesús que Carlos Mario le dijo que se acercara al Mercedes blanco.
De repente escuchó unos tiros y vio como su compañero tomaba afanosamente los manubrios de la motocicleta y aceleraba, mientras un carro escolta los perseguía. El parrillero accionó una ametralladora Ingram calibre 45, tal y como le enseñaron en la escuela de sicarios liderada por el judío Isaac Guttnam Estember. Esto fue una persecución digna de Hollywood.
Los victimarios y sus perseguidores se volaron el semáforo de la avenida Suba. El Toyota con motor de persecución estaba cerca de su blanco. Carlos Mario, el parrillero de la moto que manejaba Byron, se sentía acorralado. Arrancó el seguro de la granada y la arrojó, con tan mala suerte que no le dio al vehículo pero si perdieron el equilibrio. Ambos se cayeron, rodaron por el suelo humedecido por la lluvia al intentar tomar la dirección que conduce a las Colinas de Suba. Darío Guizao Álvarez (Carlos Mario), murió por las múltiples fracturas en el cráneo, como consecuencia de la caída. Byron de Jesús Arenas, resultó herido cuando la moto le cayó encima en un brazo, momentos antes de que se produjera la primera captura de los asesinos motorizados con la modalidad del sicariato en Colombia.
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http://www.colombiaya.com/Articulos/congestionadavia.pdf.
Corría el mes de Abril de 1984. El lugar, un hospedaje conocido como Hotel Bacatá.
Tres hombres se registraban con los nombres de Byron de Jesús, Carlos Mario, cuyo verdadero nombre era Iván Darío Guisao Álvarez, y el otro sujeto, Rubén Darío Londoño alias "Juan Pérez". Los tres personajes en la tarde del 27 de abril salieron del hotel.
Darío Londoño, les entregó a sus dos conocidos un Renault 12 de color verde, dos chalecos antibalas, un juego de armas y una granada de fragmentación por si tenían problemas. Su objetivo era "matar a un señor de Mercedes blanco quien supuestamente había robado a Juan Pérez, dos kilos de perica". Fue así como Byron de Jesús y CarlosMario salieron hacia la oficina del señor del Mercedes Blanco (Ministro de Justicia) y él no estaba allí.
Al ver frustradas sus intenciones decidieron salir hacia la ciudad de Medellín y acordaron encontrarse el domingo 29 de Abril un día antes de cometer el crimen.
La Vencida
Un día antes de celebrarse la fiesta de las madres, a las 7: 30 de la mañana, repicó el teléfono de la residencia ubicada en la calle 125 número 43 -53. Se trataba de uno de los altos mandos militares. Éste último, angustiado, le informó al ministro que los servicios de inteligencia detectaron un atentado contra su vida.
Pese a las advertencias, las amenazas se convirtieron en rutina para el prominente funcionario del estado. En ese momento, Lara Bonilla optó por cancelar el viaje que tenía programado esa tarde a Pereira.
No obstante, el ministro todo el día estuvo intranquilo. Se asomaba por la ventana de su oficina mientras le dictaba una carta a su secretaría . Ese mismo día ordenó hacia la 4: 30 P. M. que registraran a toda persona que entrara al edificio. Su esposa Nancy pasó coincidencialmente por la oficina de su esposo pero no quiso molestar.
Entonces conversó unos minutos con las secretarias y comentó jocosamente que estaba vestida como una viuda. Nunca corrió por su mente que esas palabras dichas el primero de mayo serían ciertas. Después de beber agua en cantidades, el hombre más aborrecido por la mafia salió de su oficina hacia las 6:30 P. M., rumbo a casa, para dirigirse con su esposa a la fiesta de grado de María Bahamón, hija de unos paisanos. Domingo Velásquez arrancó como siempre, acompañado de dos carros escoltas; una camioneta gris Toyota Land Crusier, y una blanca. Esta última encabezaba la caravana y le correspondía escoger todos los días la ruta.
En algunas ocasiones tomaban la carrera séptima, la calle cien, la avenida Suba, para saludar pronto a su hijo. También existían otras alternativas, como la Pepe Sierra y la 127. Esa noche, a media cuadra del ministerio, Lara ordenó cambiar de ruta y que cogieran la circunvalar, para llegar a casa y de esta manera cumplir con el compromiso. Mientras lo anterior sucedía, los sicarios, cazadores frustrados, salían a las seis de la tarde por su presa. Llegaron al ministerio y como no estaba el Ministro, Carlos Mario se inclinó a recorrer las calles de la ciudad en busca de su objetivo. Sin saber lo que vendría más tarde, Velásquez obedeció las instrucciones al pie de la letra. Siguiendo las claves usuales para la variación, hizo sonar el pito y simultáneamente realizó el cambio de luces, con lo cual su compañero y escolta delantera comprendió que no debía bajar a la carrera séptima, sino subir y tomar la circunvalar.
Sobre la calle 77 tomaron la carrera séptima hasta llegar a la altura de la fundación Santa Fe. En ese momento la escolta delantera ordenó bajar por la calle 119 hasta la paralela del ferrocarril del norte, que los llevo hasta la 127. Chocaron de frente con un descomunal trancón causado por dos carros varados. La escolta guía giró a la derecha para esquivar el nudo, entrando al barrio conocido como La Carolina, de esta forma lograron salir del contratiempo una cuadra mas abajo, para luego retomar la 127.
Dentro del carro, Lara se comunicó con su hogar preguntándole a Oliva , la empleada del servicio, sobre su esposa -" No, no ha llegado" -
respondió ella -. " Dígale tan pronto llegue que ya voy para allá, aunque hay algunos trancones". Siguió la caravana; se encontraron con otro nudo vehicular, "¡Velásquez, sálgase, sálgase rápido!", ordenó el ministro. Así el Mercedes blanco esquivó el nudo y continuó su marcha por la 127; solamente con un carro de escolta custodiándole la espalda. Los sicarios seguían en busca de su blanco, según relató uno de ellos al fiscal "Lo encontramos y lo esperamos" la romería continuaban su marcha por la 127, paralela al caño el contador. De repente el estruendoso ruído producido por una granada, se escuchó en el lugar. "¡acelere al máximo sin mirar atrás!" dijo el jefe de escoltas. Entonces el guardaespaldas que estaba sentado al lado del conductor, disparó su arma por el lado derecho primero, y luego apuntó hacía adelante. ¡Virgen Santísima! Esas fueron las únicas palabras que pronunció Velásquez Arenas durante el tiroteo. Su única obsesión era llevar al Ministro sano y salvo su casa , y estaban a cinco cuadras de ella. Él pensaba que nada malo sucedía.
Solo a dos cuadras de su destino final, miró por el retrovisor y vio al ministro tendido a la izquierda, quien no pronunciaba palabra alguna. Tampoco observó sangre. "Por fin el susto pasó. Llegamos sanos y salvos", pensó Velásquez, quien se llevo la desilusión más grande de su vida al ver la impotencia de sus actos para salvar la vida de su jefe; pues siete de las 25 balas acabaron en segundo y medio con la vida de quien fuera la piedra en el zapato de los extraditables.
La Plomacera
Cuenta Byron de Jesús que Carlos Mario le dijo que se acercara al Mercedes blanco.
De repente escuchó unos tiros y vio como su compañero tomaba afanosamente los manubrios de la motocicleta y aceleraba, mientras un carro escolta los perseguía. El parrillero accionó una ametralladora Ingram calibre 45, tal y como le enseñaron en la escuela de sicarios liderada por el judío Isaac Guttnam Estember. Esto fue una persecución digna de Hollywood.
Los victimarios y sus perseguidores se volaron el semáforo de la avenida Suba. El Toyota con motor de persecución estaba cerca de su blanco. Carlos Mario, el parrillero de la moto que manejaba Byron, se sentía acorralado. Arrancó el seguro de la granada y la arrojó, con tan mala suerte que no le dio al vehículo pero si perdieron el equilibrio. Ambos se cayeron, rodaron por el suelo humedecido por la lluvia al intentar tomar la dirección que conduce a las Colinas de Suba. Darío Guizao Álvarez (Carlos Mario), murió por las múltiples fracturas en el cráneo, como consecuencia de la caída. Byron de Jesús Arenas, resultó herido cuando la moto le cayó encima en un brazo, momentos antes de que se produjera la primera captura de los asesinos motorizados con la modalidad del sicariato en Colombia.
vinculo
http://www.colombiaya.com/Articulos/congestionadavia.pdf.
jueves
Rodrigo Lara Bonilla
Incidentes de Nulidad, falta de pruebas, vigencia de nuevas disposiciones, y un sin número de apelaciones dejaron impune el crimen del Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. 15 responsables y solo 2 condenados.
Yo iba para el estudio ubicado en la calle 24 entre carreras sexta y séptima. Frente a la entrada del estudio estaba un vendedor ambulante que me conocía. Me llamó y me dijo: - don Raúl hay una noticia grande; le pregunté de qué se trataba? ; ¡mataron a un ministro, no sé si es el de gobierno o el de justicia, lo escuché en una emisora pero no dieron más información!.
El relato es de Raúl Gutiérrez, quien se desempeñaba en esa época como periodista del Noticiero 24 horas. ¿Cuánto hace que escuchó esa noticia?, ¡ Hace como diez minutos!. A partir de ese momento comenzaba la acción.
Como todo periodista debía verificar el dato. Gutiérrez inmediatamente entró en el establecimiento conocido como La Barra del Canciller ubicado frente a los antiguos estudios de Inravisión. Desde allí se comunicó con Mauricio Gómez para que se encargara de pedir información a la secretaria de prensa, o a la oficina del Ministerio del Interior. Ese dato no podía esperar demasiado. Gutiérrez impaciente decidió tomar nuevamente el teléfono para saber si sus sospechas eran ciertas. Mauricio Gómez le confirmó que el Ministro de Justicia había sido asesinado al norte de la ciudad.
Dadas las circunstancias, optaron por hacer un avance informativo. El único inconveniente era pedir la autorización a Inravisión y a las directivas "eso era un complique", describe el ex periodista del noticiero 24 Horas. Sin embargo, siguió insistiendo hasta obtener el permiso; era una noticia que causaría conmoción en el ámbito nacional.
Las oficinas del noticiero quedaban a pocas cuadras de los estudios de emisión. Con el nerviosismo del caso, Gutiérrez se fumó dos cigarrillos, al tiempo que pedía le fueran enviadas las imágenes de vídeo, y la última entrevista que días antes de su muerte logró conseguir con Rodrigo Lara Bonilla, después de romper el cerco de seguridad en el Ministerio de Justicia. El tiempo transcurría esa noche del 30 de Abril de 1984. Aguardando en su oficina de ese entonces, el hoy Jefe de prensa del Partido Conservador, se sentó frente a su máquina de escribir y fumando comenzó a redactar el texto que sería poco después la noticia del día. Llegadas las imágenes fue el acabose.
Todos discutían cómo informar el suceso, "Antes no se tenía un formato de presentación para dar este tipo de noticias; sugerí que colocáramos el cabezote del noticiero, así se hizo. Entonces Raúl Gutiérrez apareció en primer plano "Buenas noches este es un avance informativo de última hora". Después rodaron las imágenes del primer Ministro asesinado en la historia Colombiana, y a la par de ellas los televidentes conocían con desasosiego la noticia. Pero ¿Cómo fue el asesinato?, ¿Quiénes estaban interesados en la muerte de éste prominente abogado de profesión?.
Un cheque alborotó el avispero
Desde el 8 de agosto de 1981, cuando asume el cargo, hasta el 30 de abril, Lara bonilla le declara la guerra a los narcotraficantes. Acalorados debates se presentaron en el congreso. Allí el ministro reveló al país lo que por "debajo de cuerda se fraguó en sectores como el Fútbol, la política, la industria, entre otros sectores de la sociedad colombiana. Dentro de estas denuncias el principal afectado fue el entonces Representante a la Cámara Pablo Escobar Gaviria.
A pocos días de posesionado en el cargo ministerial, Lara bonilla se vio afectado por un duro golpe contra su carrera, el cual constituyó su furia hacia el narcotráfico. Un hombre de tez morena, antioqueño, delegado principal a la Cámara de Representantes y con la suplencia de Pablo Escobar, le amargó la vida. Se trataba de Jairo Ortega Ramírez, quien inició el ataque al ministro en un debate que diarios como " El Tiempo", calificaron como "maniobra ruin y celda vil". Aquel paisa lo acuso públicamente de recibir un cheque donado por la mafia. Además, de comprometerse en la derogatoria del Tratado de Extradición con Estados Unidos.
Ramírez afirmó que el cheque era por un millón de pesos. Este provenía del mercader Evaristo Porras y su destino había sido la campaña electoral. El representante entregó como pruebas el cheque firmado por Evaristo Porras y unas grabaciones en las que aceptaba y agradecía la donación.
El Huilense de pura sepa se defendió con todo. Sabia que su conciencia estaba tranquila y como dice el Pibe Valderrama "todo bien, todo bien". Trataron entonces de hundirlo en la réplica, para demostrar su inocencia y obtener mayor seguridad y autonomía en el debate.
Lara presentó su renuncia del cargo al Presidente Belisario Betancur el 27 de agosto de 1983.El ministro Lara Bonilla, como Senador de la República, sabía que en la picota pública estaba su honra.
Fue así como sacó sus mejores cartas y le pegó a la mafia donde más le duele. Atacó la infraestructura de la producción y distribución de drogas; bajo su mandato muchas aeronaves del narcotráfico cayeron, otros trapitos de los "narcos" fueron puestos en el patio al sol. De esta manera, los - Alcapónes - colombianos tenían que hacer algo para callarlo.
Yo iba para el estudio ubicado en la calle 24 entre carreras sexta y séptima. Frente a la entrada del estudio estaba un vendedor ambulante que me conocía. Me llamó y me dijo: - don Raúl hay una noticia grande; le pregunté de qué se trataba? ; ¡mataron a un ministro, no sé si es el de gobierno o el de justicia, lo escuché en una emisora pero no dieron más información!.
El relato es de Raúl Gutiérrez, quien se desempeñaba en esa época como periodista del Noticiero 24 horas. ¿Cuánto hace que escuchó esa noticia?, ¡ Hace como diez minutos!. A partir de ese momento comenzaba la acción.
Como todo periodista debía verificar el dato. Gutiérrez inmediatamente entró en el establecimiento conocido como La Barra del Canciller ubicado frente a los antiguos estudios de Inravisión. Desde allí se comunicó con Mauricio Gómez para que se encargara de pedir información a la secretaria de prensa, o a la oficina del Ministerio del Interior. Ese dato no podía esperar demasiado. Gutiérrez impaciente decidió tomar nuevamente el teléfono para saber si sus sospechas eran ciertas. Mauricio Gómez le confirmó que el Ministro de Justicia había sido asesinado al norte de la ciudad.
Dadas las circunstancias, optaron por hacer un avance informativo. El único inconveniente era pedir la autorización a Inravisión y a las directivas "eso era un complique", describe el ex periodista del noticiero 24 Horas. Sin embargo, siguió insistiendo hasta obtener el permiso; era una noticia que causaría conmoción en el ámbito nacional.
Las oficinas del noticiero quedaban a pocas cuadras de los estudios de emisión. Con el nerviosismo del caso, Gutiérrez se fumó dos cigarrillos, al tiempo que pedía le fueran enviadas las imágenes de vídeo, y la última entrevista que días antes de su muerte logró conseguir con Rodrigo Lara Bonilla, después de romper el cerco de seguridad en el Ministerio de Justicia. El tiempo transcurría esa noche del 30 de Abril de 1984. Aguardando en su oficina de ese entonces, el hoy Jefe de prensa del Partido Conservador, se sentó frente a su máquina de escribir y fumando comenzó a redactar el texto que sería poco después la noticia del día. Llegadas las imágenes fue el acabose.
Todos discutían cómo informar el suceso, "Antes no se tenía un formato de presentación para dar este tipo de noticias; sugerí que colocáramos el cabezote del noticiero, así se hizo. Entonces Raúl Gutiérrez apareció en primer plano "Buenas noches este es un avance informativo de última hora". Después rodaron las imágenes del primer Ministro asesinado en la historia Colombiana, y a la par de ellas los televidentes conocían con desasosiego la noticia. Pero ¿Cómo fue el asesinato?, ¿Quiénes estaban interesados en la muerte de éste prominente abogado de profesión?.
Un cheque alborotó el avispero
Desde el 8 de agosto de 1981, cuando asume el cargo, hasta el 30 de abril, Lara bonilla le declara la guerra a los narcotraficantes. Acalorados debates se presentaron en el congreso. Allí el ministro reveló al país lo que por "debajo de cuerda se fraguó en sectores como el Fútbol, la política, la industria, entre otros sectores de la sociedad colombiana. Dentro de estas denuncias el principal afectado fue el entonces Representante a la Cámara Pablo Escobar Gaviria.
A pocos días de posesionado en el cargo ministerial, Lara bonilla se vio afectado por un duro golpe contra su carrera, el cual constituyó su furia hacia el narcotráfico. Un hombre de tez morena, antioqueño, delegado principal a la Cámara de Representantes y con la suplencia de Pablo Escobar, le amargó la vida. Se trataba de Jairo Ortega Ramírez, quien inició el ataque al ministro en un debate que diarios como " El Tiempo", calificaron como "maniobra ruin y celda vil". Aquel paisa lo acuso públicamente de recibir un cheque donado por la mafia. Además, de comprometerse en la derogatoria del Tratado de Extradición con Estados Unidos.
Ramírez afirmó que el cheque era por un millón de pesos. Este provenía del mercader Evaristo Porras y su destino había sido la campaña electoral. El representante entregó como pruebas el cheque firmado por Evaristo Porras y unas grabaciones en las que aceptaba y agradecía la donación.
El Huilense de pura sepa se defendió con todo. Sabia que su conciencia estaba tranquila y como dice el Pibe Valderrama "todo bien, todo bien". Trataron entonces de hundirlo en la réplica, para demostrar su inocencia y obtener mayor seguridad y autonomía en el debate.
Lara presentó su renuncia del cargo al Presidente Belisario Betancur el 27 de agosto de 1983.El ministro Lara Bonilla, como Senador de la República, sabía que en la picota pública estaba su honra.
Fue así como sacó sus mejores cartas y le pegó a la mafia donde más le duele. Atacó la infraestructura de la producción y distribución de drogas; bajo su mandato muchas aeronaves del narcotráfico cayeron, otros trapitos de los "narcos" fueron puestos en el patio al sol. De esta manera, los - Alcapónes - colombianos tenían que hacer algo para callarlo.
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